La ansiedad es como un agujero negro en tu estómago que engulle todo a tu alrededor. Vives en un continuo sobresalto, con miedo por todo y por nada. Los problemas te aplastan y no sabes como salir.

La ansiedad, como todas las emociones tiene también su función, en este caso, activar el sistema de alerta corporal para tener una reacción más rápida ante una situación nueva o un contexto desconocido. Es por tanto normal, adaptativa, evolutiva y universal.

Cuando la mayoría de las culturas eramos cazadores-recolectores era una de las emociones que nos salvaba la vida. Ante la posibilidad de un depredador nuestra sentido de la alarma se dispararía, nuestros sentidos se agudizarían, los músculos se prepararían para una respuesta de ataque o huida, y nuestro cerebro se centraría en el posible peligro.

La ansiedad es una emoción evolutiva y normal en todos los animales, pero también puede ser muy destructiva y dolorosa.

Pero como cuando esta reacción empieza a ser demasiado frecuente, demasiado intensa y descontrolada es cuando empezamos a tener un problema.

Es miedo constante apoderándose de nuestro cuerpo y mente de manera imprevista, que nos hace rumiar el futuro y temer de manera injustificada por nuestros seres queridos o nuestra seguridad es devastador.