Vencer la procrastinación
El término es reciente, pero la sensación es una vieja conocida. La procrastinación consiste en demorar más allá del límite razonable nuestras tareas pendientes, pero no por pereza, sino en una especie de parálisis o bloqueo ante la tarea que nos importa y nos da miedo.
- Algunos ejemplos de procastinación son:
- Darse atracones de series cuando tienes la fecha del examen cerca.
- Decidir que es el momento ideal de aprender un nuevo idioma, tocar un instrumento o lenguaje de programación cuando la fecha de presentación de la tesis está próxima.
- Si trabajas desde casa, la procrastinación puede mostrarse como una necesidad imperiosa de mantener la casa limpia. Le dedicas más atención a los libros de Marie Kondo que a tus facturas trimestrales del IVA.
- Actualizas compulsivamente tus redes sociales y correo, como si el último comentario de alguien fuera a descubrir el misterio del universo.
- "Mañana" se convierte en una tierra mística donde el 99% de la motivación, éxito y productividad puede ser alcanzada.
Esa sensación paralizadora
Durante ese tiempo no implica que estemos quietos, sino que realizamos otras tareas que habitualmente no realizaríamos, o nos entregamos con aínco a terminar con perfección tareas menores. Pero siempre en segundo plano tenemos una sensación de malestar y culpabilidad. Y el mero pensamiento de la tarea grande nos provoca ansiedad. Este fenómeno no se circunscribe sólo al ámbito laboral, sino a todos los ámbitos vitales. Desde ese gran informe de cuentas que creemos que marca nuestro futuro laboral, pasando por afrontar un conflicto familiar, a pedir cita en el médico por ese tema de salud que queremos evitar.
Para alguna gente la procastinación forma parte de su vida normal y han sabido controlarla, o incluso sacarle provecho. Pero para otra gente este patrón de evitación ha marcado su vida hasta el punto de provocarle problemas más graves.
Aunque en ocasiones encontramos la inspiración motivadora, una concentración descomunal y una fuerza sobrehumana el último día que puede que nos salve ese exámen, trabajo o tarea, también podemos tener cualquier contratiempo (resfriado, corte de conexión a internet, pérdida de documentos) que lo impida. Y aunque fueras capaz de cumplir con éxito tus tareas en el último momento, y por tanto cumplir desde un punto de vista productivo, no merece la pena tanto estrés y malestar previo.
En consulta podremos trabajar cuales son los elementos que disparan esta conducta de evitación, qué tipo de procrastinador eres, como afrontarlo e incluso, como llegar a sacarle provecho.