Este artículo pertenece a la sección "Comportamiento Digital", con la que colaboro en el programa de PostApocalipsys Nau de Radio Vallekas. Puedes consultar nuestra sección en El Salto Diario, Ivoox o descargar el podcast entero aquí:

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Como recordaréis uno de los primeros programas hablamos de la Violencia de Género Digital. Y estas semanas este fenómeno se ha convertido en tema de conversación por el suicidio de una víctima de este tipo de agresión.

Para quien no lo haya escuchado, Verónica se ha suicidado en Madrid después de la difusión de sus vídeos privados entre sus compañeros de fábrica, que la sometieron a tal acoso que acabó tomando esta decisión fatal.

Los compañeros de trabajo se iban pasando los vídeos de móvil en móvil, sin importar como se podría sentir la persona, como si fuera un simple objeto.

El torero Fran Rivera respecto al caso comentó:

«Los hombres -soy un hombre y lo digo- no somos capaces de tener un vídeo así y no enseñarlo».

Este análisis, aparte de reducir a todos los hombres a una masa homogénea y troglodita, vuelve a hacer un victim blaming al marcar la culpa en la mujer “que se fió de los hombres y grabó un vídeo sexual”.

Y las redes se llenaron con mensajes de respuesta al torero con el consagrado argumento “Not all men”.

Not all men

No all men, es el mensaje que habitualmente utilizan los hombres en modo de defensa cuando se les cuestiona su papel en episodios de agresión o opresión machista. Y por supuesto, es un argumento estándar por parte de cualquier grupo privilegiado cuando se le cuestiona.

Pero en este caso, tiene algo de real. ¡Me voy a marcar un “Not all men” siendo mujer, eso es un womansplaining!

En la historia de violencia de género digital que sufrió Verónica participaron muchos actores, cada uno con su grado de responsabilidad.

• Quien que lo compartió en forma de venganza, (nunca lo llaméis pornovenganza, porque no es porno ya que la persona no ha elegido estar ahí)
• Quienes lo vieron en solitario.
• Quienes lo ven y viralizan.
• Y por último quienes ven esa agresión y no hacen nada.

Nos vamos a centrar en los que lo viralizan. ¿Porqué esos trabajadores en la pausa del cigarro encendían el móvil y se lo enseñaban a otro? Pues claramente para reforzar los lazos entre compañeros de masculinidad tóxica, y marcar a los hombres que no van a ser aliados.

Porque efectivamente, hay muchos hombres que deciden no ser aliados de machismo. Algunos pueden mostrarse marcadamente disidentes y otros se mantienen en una ambigua zona gris. Cuando vivimos en un sistema patriarcal, salirse de las normas que marcan la opresión tiene consecuencias. Y estas personas disidentes, entre quienes se encontrarán muchos de nuestros oyentes lo saben.

¿Si el mandato patriarcal está tan claro y tiene consecuencias, porqué hay gente que se rebela?

Para saberlo nos desviaremos un momento a dos experimentos más famosos de la psicología social

La obediencia a la autoridad y conformidad social

Hay dos experimentos clave en la psicología social que explican los comportamientos en grupo y pueden explicar bastantes cosas.

Por un lado tenemos el experimento de conformidad con el grupo de Ash, que investigaba la presión de pares.

Comformidad con el grupo, de Asch

En una situación experimental se le pedía a los participantes del experimento que resolvieran unas pruebas sencillas para indicar la longitud de unas barras. Y el detalle importanete: se hacía en grupo.

Lo que no sabían los participantes es que solo él/ella era el participante real y el resto de participantes estaban compinchados con el experimentador/a.

Y comenzaban a dar respuestas claramente incorrectas. Pues bien, había un 33% de los sujetos, que pese a que tenían claro cual era la respuesta correcta cedían ante la presión grupal y señalaban también la respuesta incorrecta.

La obediencia a la autoridad de Milgram

A mediados del siglo XX hubo un tema crucial en la investigación de psicología social: ¿Cómo pudo ocurrir el ascenso del nazismo y el holocausto judío? ¿En qué grado participaba la sociedad civil de esta masacre? Se podría entender las ganancias que tenían los mandos superiores, pero los funcionarios intermedios ¿porqué seguían las órdenes los funcionarios nazis?.

Muchos de estas preguntas se reflejaron en los famosos estudios de «obediencia a la autoridad» de Milgram, donde en una serie de experimentos se observaban las reacciones de gente común antes órdenes de una autoridad que implicaban daño para un tercero.

¿Matarías a una persona si te lo ordenan?

En esta serie de experimentos se colocaba a los participantes del estudio en una habitación (Sujeto a), y se les explicaba que particiban en un estudio de aprendizaje al otro lado del cristal había otro participante (sujeto b). El sujeto tras el cristal debía aprender una lista de palabras, si fallaban el sujeto debía darle una pequeña descarga eléctrica. Conforme aumentaban los errores las descargas eléctricas subían de nivel, y descargas de mayor intensidad podían provocar daños permanentes o incluso la muerte.

El supuesto experimentador iba dando las ordenes para la descarga. Hasta alcanzar niveles que implicaban la muerte del sujeto. Y para sorpresa de los investigadores 2/3 de los sujetos obedecían las ordenes hasta provocar la muerte del sujeto B, y un 1/3 se negaban a continuar con el experimento.

Factores que explican la obediencia a la autoridad.

Milgram explicaba sus resultados por dos factores: la teoría del conformismo y la cosificación.

• La primera es la teoría del conformismo, basada en el trabajo de Solomon Asch, que describe la relación fundamental entre el grupo de referencia y la persona individual. Un sujeto que no tiene la habilidad ni el conocimiento para tomar decisiones, particularmente en una crisis, transferirá la toma de decisiones al grupo y su jerarquía. El grupo sería el modelo de comportamiento de la persona.

• La segunda es la teoría de la cosificación (agentic state), donde, según Milgram, la esencia de la obediencia consiste en el hecho de que una persona se mira a sí misma como un instrumento que realiza los deseos de otra persona y por lo tanto no se considera a sí mismo responsable de sus actos. Una vez que esta transformación de la percepción personal ha ocurrido en el individuo, todas las características esenciales de la obediencia ocurren. Este es el fundamento del respeto militar a la autoridad: los soldados seguirán, obedecerán y ejecutarán órdenes e instrucciones dictadas por los superiores, con el entendimiento de que la responsabilidad de sus actos recae en el mando de sus superiores jerárquicos.

Tipos de conformidad

Si hilamos fino, esta conformidad social tiene varios niveles. Herbert Kelman identificó tres subtipos de conformidad:

• cumplimiento – estar de acuerdo solamente públicamente, pero manteniendo las opiniones propias en privado
• identificación – estar de acuerdo mientras se es miembro del grupo, pública y privadamente, pero no tras abandonar el grupo
• internalización – estar de acuerdo pública y privadamente, durante y tras de ser miembro del grupo

¿Y cómo seguimos los comportamientos de obediencia a la autoridad y presión del grupo en contextos digitales?

Todos estamos en situaciones como los trabajadores de IVECO todos los días, aunque no tengan tan graves consecuencias directas. Por tanto, ya sea una “fake news” sobre inmigración en un chat de la familia, un vídeo que pretende atentar contra la intimidad de alguien, o ciberbullying podremos ser testigos de injusticias en contextos digitales con las que no estaremos de acuerdo. ¿Qué hacemos en esas situaciones?

En la vida presencial miraríamos de reojo al resto de participantes para buscar apoyos y mostrar nuestra disconformidad. En lo digital no es fácil mirar de reojo para saber qué otros participantes piensan como nosotros.

«El apoyo mutuo entre hombres es el baluarte más fuerte que tenemos contra los excesos de autoridad».

Stanley Milgram

Pero si pensamos en las cifras de Milgram, probablemente sean ⅓ de los participantes que se muestren disidentes a la autoridad. Siendo optimista pienso que la primera persona que no ceda ante la presión de pares, y muestre que esa injusticia no debe perpetuarse es valiente, pero permitirá que otras personas del montón del ⅓ se manifiesten.

Y cuando suficiente gente se conciencia, toma acción pueden llegar al punto de masa crítica que permita un cambio social.

Para cerrar

Quería utilizar dos citas de Milgram, el investigador psicólogo que comentábamos antes:

Puede ser que seamos títeres controlados por los hilos de la sociedad. Pero al menos somos títeres con percepción, con conciencia. Y tal vez nuestra conciencia sea el primer paso para nuestra liberación.

Stanley Milgram

Recomendación cultural

De esta temática por suerte hay bastantes películas.

Del experimento de Milgram

• Experimenter (2015)

El experimento de la cárcel de Stanford

• The Experiment (2001)
• The Stanford Prison Experiment (2015)

Y la temática de conformidad de grupo y obediencia a la autoridad desde la ficción:

• Die Welle, 2008

Referencias

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