-¡Ehhh!  Son navidades, supongo que podrás descansar como psicoterapeuta.

-No, precisamente doblo turnos y no desconecto demasiado. Las navidades son muy duras para mucha gente y necesitan apoyo extra en terapia.

Las Navidades los profesionales de psicología trabajamos el doble.

De modo que si estás leyendo esto, probablemente seas una de esas personas para quienes las navidades son especialmente duras. Y hay un montón de gente en la misma situación, esto no consuela pero ayuda a situar los problemas en su contexto.

En terapia por estas fechas ya preparamos a los pacientes para las cenas de Navidad, para mucha gente las cenas navideñas son duras por distintos motivos. Para otra gente, la soledad en estas fechas se hace aún más dura. Y al ser unas fechas culturalmente marcadas para estar en familia esto se complica bastante. Hasta un 65% de las personas que tienen sufrimiento psíquico reportan sentirse peor en estas fechas.

Las psicólogas sabemos que en estas fechas podemos tener más llamadas de emergencia, y nuestras familias ya saben que nuestro teléfono tiene que estar en la mesa para poder atender a los pacientes. 🙂

Navidades y Coronavirus

Este año con el Coronavirus van a ser fechas aún más complicadas, porque a esta situación se le añaden los duelos por las pérdidas. Muchas familias en todo el mundo vamos a tener sillas vacías por primera vez este año, y el reencuentro podría ayudar a cerrar etapas del duelo. Pero precisamente no podemos hacerlo para que las siguientes navidades haya aún más sillas vacías.

Pero no podemos caer en el mantra de «salvemos las navidades», que solo hace referencia a criterios económicos. Lo que tenemos que salvar son las vidas, y no confiarnos en esta nueva etapa. Si decidimos juntarnos con nuestras familias, tendremos que tomar muchas medidas de precaución, o plantearnos no vernos presencialmente este año. Aunque sea duro tenemos que asumir que estas navidades tendrán que ser una mierda para que las siguiente no lo sean.

Lidiar con la frustración será la mejor enseñanza de esta época. Las navidades son rituales adaptados a estar juntos, si las circunstancias cambian debemos encontrar otras maneras de sentirse conectados con la gente que queremos.

Consejos para unas navidades en pandemia

  • Recomiendo cambiar esos rituales por otros, como por ejemplo realizar cada uno en nuestras casas la mítica receta de tarta de la abuela y compartir el proceso, hacer esa partida de juegos de mesa pero online, mandar una lista de canciones para disfrutar las fiestas, escribir cartas a nuestros seres queridos explicando lo que hemos disfrutado otros momentos juntos y lo que esperamos hacerlo en un futuro. Encontrar maneras creativas de mantener la comunicación aunque no pueda ser presencialmente.
  • Cada vez que sintamos esa frustración, debemos tomar perspectiva y recordar porqué lo hacemos. Para ello sugiero escribir una lista con los motivos por los que no podemos celebrar las navidades, escribiendo en positivo. Ej. «Este año no nos reunimos para que otros años podamos hacerlo».
  • Otra cosa que suelo trabajar en terapia, es que mucha gente no suele expresar cariño. No le han dicho «Te quiero» o escuchado «Te quiero» de su entorno cercano, aunque lo sepan y lo sientan. Y sienten miedo de que mueran sin haberles dicho te quiero. ¿Qué mejor que un apocalipsis zombie para sacar nuestro lado más tierno/moñas y decirles todo lo que nos importan?
  • Y cuando la ansiedad nos pueda, es buena idea hacer el pequeño ejercicio de imaginarnos como estaremos dentro de 5 años, 10 años, y 20 años. Cuando el dolor se haya aposentado y pase a ser una historia más dentro de nuestra vida.

Por último señalar, que en estas navidades nos tenemos que centrar más en la gente que está más sola. Y probablemente estas personas no serán las primeras de nuestra agenda de contactos, sino los que llevamos mucho tiempo sin hablar con ellos. La gente que ya estaba mal antes de la pandemia, y ahora pueda estar mas aislada todavía. Descolgar el teléfono y hablar media hora con ellos puede suponer una gran diferencia.