Instagram en el Espejo:

Narcisismo, Autoestima y Selfies

Este artículo pertenece a la sección "Comportamiento Digital", con la que colaboro en el programa de PostApocalipsis Nau de Radio Vallekas. Puedes consultar nuestra sección en El Salto Diario, Ivoox o descargar el podcast entero aquí:

Creo que si hoy apareciera un extraterrestre en la tierra para estudiar a la humanidad encontraría más similitudes entre las normas culturales entre los distintos países y las poblaciones que los habitan, que entre las normas culturales esperadas en las distintas redes sociales.

Y si hay una red en la que yo me siento una extraterrestre es sin duda Instagram. Instagram es una red social comprada por Facebook donde prima el contenido visual sobre el escrito.

Para que nuestro extraterrestre entendiera lo que son las redes sociales debería explorar para qué necesidades puede estar cubriendo su uso. Es lo que se conoce como la Aproximación de Usos y Gratificación (Katz, Blumler, & Gurevitch, 1973; Sundar & Limperos, 2013) . Este es un marco de aproximación al estudio de los medios, que parte de la asunción de que los usuarios están activos en un medio en la medida que estos estén rellenando necesidades específicas.

(Nadkarni & Hofmann, 2012) diferencian entre dos grandes tipos de motivos primarios para usar las redes sociales: La necesidad de pertenencia y la necesidad de auto-representación. Instagram parece más diseñada para la segunda necesidad.

Frente a otras redes, al menos desde mi humilde experiencia, me parece que las imágenes que se suben son bastante homogéneas. Me cuesta encontrar gente con narrativas propias.

Quizás por eso Instagram me interesa especialmente. Es una red donde el bombardeo de imágenes van configurando en nuestras retinas unos ideales de belleza estandarizados, algo con lo que compararnos, y eso no puede ser neutro para nuestra salud mental, y en concreto para nuestra autoestima.

Narcisistick
Autora: Slothilda

Instagram y Narcisismo

El selfie, la foto de la propia persona, es el formato de foto más frecuente en la red. Es un fenómeno que ha calado tanto socialmente en los últimos años que algunos autores han llegado a definir esto como Cultura Selfie (Rosenblum, 2016). El Selfie en Instagram es algo distinto de los retratos autobiográficos que podíamos ver en la era Kodak, porque su capacidad de obtener feedback configura una capacidad de interacción que crea una narración interactiva del Yo. (Fallon, 2014). Es decir, tu sensación de valía cambiará según los likes que recibas.

La cultural popular ha señalado rápidamente la relación entre selfies y narcisismo. Pero las investigaciones científica no encuentran esa relación tan simple, y necesitan hilar más fino.

Scrolling en Instagram

En la investigación científica distinguen entre distintos tipos de narcisismo, y cómo se realiza esta foto habla mucho de cómo somos. (Barry, Doucette, Loflin, Rivera-Hudson, & Herrington, 2015)

Por ejemplo, los selfies que se centran en la apariencia física son más frecuentes en personas con rasgos narcisistas vulnerables (narcisistas con baja autoestima, y tendencia a marcar una distancia con los demás por miedo al rechazo). Según (Barry et al., 2015), este tipo de selfies controlados y en un contexto seguro serían la manera de poder ganar autoestima mientras se protegen del rechazo de los otros.

Las personas con rasgos narcisista tienden a postear selfies y actualizar su imagen de perfil con más frecuencia, les interesa más la apariencia física, y pasan más tiempo. (Moon, Lee, Lee, Choi, & Sung, 2016). Aunque este equipo de investigación no encuentra una correlación entre cantidad de imágenes que se suben y este rasgo de personalidad.

Likes en Instagram: adiccion

A quien sigues también es un factor importante. Por ejemplo el uso más frecuente de Instagram tienen un efecto más negativo para la gente que sigue a más desconocidos, pero una asociación positiva con la gente que sigue a menos estraños en relación con la comparación social y los síntomas depresivos. (Lup, Trub, & Rosenthal, 2015). Y seguir a influencers parece tener un ligero efecto negativo en la autoestima y satisfacción vital (Dion, 2016)

Esto se explicaría desde de la Teoría de Comparación Social de Festinger, una teoría clásica de la psicología social. Esta teoría (Festinger, 1954) nos plantea que los seres humanos tenemos una necesidad constante de evaluar nuestras habilidades, físico y opiniones, y una de las maneras que utilizamos para hacerlo es compararnos con otras personas., y la explicación sería que al seguir a desconocidos e influencers podrías estar generando un grupo de referencia distinto al habitual, y estaríamos realizando una comparación ascendente (Wills, 1981). Y este tipo de comparaciones ascendentes tienen un efecto negativo en la autoestima. (Aspinwall & Taylor, 1993).

Si queréis evaluar si estáis haciendo un uso narcisista (y negativo para vosotros/as mismas) de la red tenéis que haceros las siguientes preguntas:

  • Qué tipo de fotos estoy haciendo? ¿Cuantas son selfies?

  • ¿Cuánto tiempo dedicas a elegir y editar las fotos que subes?

  • ¿Qué importancia le das a los me gusta (likes) que recibes por las fotos?

  • ¿A quien estás siguiendo? ¿Conocidos? ¿Extraños? ¿Influencers?

Instagram y la belleza ideal

Estas mujeres ideales que nos marcamos como ideal de belleza pasan por operaciones de cirugía, maquillaje profesional, fotógrafos/as especialistas y retoque de imagen antes de subir cada fotografía. Y nosotras, personas precarias entre tres trabajos, con apenas 7 horas de sueño y poco tiempo para cuidar nuestra salud queremos compararnos con la imagen que nos ofrecen.

Esa insatisfacción y culpabilidad con nuestro cuerpo, por no ajustarse a los ideales de belleza es el combustible que abona la posibilidad de compras de productos mágicos que nos permitan acercanos a esas ideales de belleza. O al menos, alejarnos de la imagen real y palpable de nuestro cuerpo. Nos hace hiperconscientes de la mirada ajena, a la que tenemos que plegarnos aunque esto suponga el sacrificio de nuestro bienestar.

Un ejemplo paradigmático de ideal de belleza inalcanzable en esta red social es la influencer Lil Miquella. (Gil, 2019). Lil Miquela es una influencer de 1.8 millones de seguidores imposiblemente bella, básicamente porque no existe. Es un personaje digital, que trabaja como modelo digital para grandes marcas.

Lil Miquela
Lil Miquela posando con Rosalía

Cuando la vi, no pude evitar recordad una imagen que una amiga se tomó con una figura en tamaño real de Lara Croft. La falta de correlación entre lo que era una persona humana y real y el cuerpo de Lara Croft (atravesado por la mirada masculina) era evidente. Pero mi propia mirada estaba condicionada a pensar que era el cuerpo de mi amiga el que no era “correcto”. Nos queda mucho por deconstruir.

En un proyecto del estudio Ranking se analizaba el Daño Por Selfie (Rokas, s. f.) . Se fotografíaba adolescentes en el estudio con la cara lavada. Y se les pedía que las retocaran para que estuvieran “listas para las redes sociales”. Lo fascinante de los imágenes es los retoques tan brutales que las adolescentes hacían sobre sus imágenes. (Ej, agrandamiento de los ojos, afinamiento de mandíbula, estrechamiento de nariz).

Todo esto lleva a los psicólogos a mirar con recelo a esta red social como posible fuente de problemas para personas vulnerables, como personas con trastornos de alimentación o personas con daño autoinflingido.

Por suerte hay gente que está deconstruyendo sus miradas, y reflexionando sobre la influencia de estas redes sociales en nuestra autopercepción. Las críticas sociales han tenido su efecto y la red ha tenido pequeños gestos para afrontar estos problemas. Por ejemplo, cuando ha prohibido filtros de retoque fotográfico que simulan operaciones de cirugía estética.

Asimismo, hay un cambio reciente en Instagram, que está comenzado a ocultar los likes que tiene una publicación, y puede generar un gran cambio en cómo utilizamos la red.(Villodres, 2019)

Instagram e Individualismo

Instagram e individualismo

Otro elemento por el que me siento extraterrestre en esta red es por la parte de individualismo que reflejan. En mis fotos suelen aparecer grupos de personas, haciendo cosas, y generalmente en torno a un evento social importante. Mi identidad es relacional.

Pero en Instagram la mayoría de las fotos son personas solas, y no hay contexto social que explique porqué toman las fotos. A veces, ni siquiera hay contexto.

Esto me recordó a la historia del pintor americano George Catlin, conocido por sus retratos individuos de las últimas tribus indias americanas del siglo XIX. Sus pinturas son interpretadas como gesto de respeto a dichas culturas, al intentar darlas a conocer, pero precisamente los miembros supervivientes de esas culturas lo consideran un insulto. Edgard Montón de Pájaros, de la tribu Cheyenne explica que los retratos individuales son ellos algo repugnante, ya que son culturas colectivas y se entienden en relación (Civilisations, 2018) .

Instagram nos habla de como crear una imagen de nosotras que nos permita encajar dentro de una sociedad de consumo / ideal de belleza.

Pero hay alternativas, y pasan por cambiar la mirada.

El ejemplo que más me fascina de fotografía como herramienta de empoderamiento y lucha colectiva es la obra de Oriana Eliçabe, del Colectivo Enmedio.

Oriana es una artivista con amplia trayectoria, es decir, que utiliza el arte como forma de activismo. Ella sigue la premisa de “Hacer visible lo invisible” que sigue este colectivo.

Una acción que me gusta es cuando trabaja con personas desahuciadas, les hace fotografías empoderantes e imprime retratos gigantes de esa gente que pega en las entidades bancarias que les han desahuciado. Los desahucios pasan de ser números a ser personas con rostro, con quienes es fácil empatizar.

Son retratos que empoderan y sirven para la lucha colectiva. Si tenéis la suerte de poder participar en uno de sus talleres de acción fotográfica (TAF)no os la podéis perder.

Referencias